Autor: José Luis Pérez
Detrás de los grandes proyectos gastronómicos siempre hay extraordinarios profesionales. En la hostelería, uno de los debates que más preocupación proyecta es el que se refiere al déficit de buenos profesionales en la sala como consecuencia de una formación insuficiente y de un intrusismo que se plasma en la carencia del detalle y del protocolo en el momento del servicio.
Por todo ello un buen jefe de sala o maître es tan cotizado como un cocinero. Y es bueno que así sea, ya que no se saborea un buen plato sin un servicio adecuado. Un buen camarero puede convertir una velada en más agradable si está a la altura de las circunstancias.
Los jefes de sala, también llamados maîtres, son los máximos responsables del equipo de sala y de los salones donde se prestan servicios de restauración. Como desempeñan funciones de dirección de equipo pero también de atención al público, es importante que estos profesionales tengan una cualificación idónea, ya que de su gestión depende en gran medida la obtención de los objetivos empresariales.
Debido a que es un elemento clave en un sector altamente competitivo, las empresas apuestan cada día más por profesionales formados en la especialidad que garanticen una correcta gestión de los recursos humanos y materiales a la vez que una atención de la clientela correcta y esmerada.
Funciones de su trabajo
Las funciones de un jefe de sala están relacionadas con la planificación y organización de las actividades que se realizan en establecimientos donde ser prestan servicios de comida y bebida. Con el objetivo de lograr un máximo nivel de calidad y satisfacción del cliente debe desarrollar, controlar y gestionar todas las actividades que se realicen, coordinando y supervisando los distintos recursos que intervienen como camareros, ayudantes de camareros, limpiadoras, cocina, economato y bodega, etc.
Se recomienda que aquellos que opten por esta especialidad tengan conocimientos de inglés avanzados, buena predisposición al trato con el público, capacidad de organización y gestión e interés por los temas relacionados con la restauración y la hostelería. Es importante que estos profesionales sean personas con trato agradable y servicial, a la vez que con una buena capacidad de gestión y dotes de mando.
Entre las características personales más apreciadas por los responsables de la contratación de los jefes de sala destacan la capacidad de organización y liderazgo, predisposición al trabajo en equipo, pulcritud, eficiencia, esmero, discreción, serenidad y eficiencia.
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