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RECICLAJE

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martes, 20 de marzo de 2012

Recibir en casa

Fuente: http://www.ar-revista.com/

Saber invitar

Cócteles, cenas y fiestas. Se trata de reuniones cuyo éxito depende tanto de los invitados como de los anfitriones. Éstas son las claves para invitar y no morir en el intento.
Comidas de trabajo, fiestas con los amigos, cenas con la familia… se agolpan en nuestra agenda. Y a pesar de que en un país mediterráneo como el nuestro, la costumbre de reunirnos está muy arraigada, es más usual hacerlo en restaurantes, bares o terrazas que en nuestra propia casa. Por ello, cuando llega el momento de tener que organizar una comida o cena en nuestra vivienda, nos entran las dudas y no sabemos por dónde empezar ni qué pautas seguir. Las normas de protocolo que aquí te mostramos son las estrictamente formales (para casos de emergencia, léase: familia política, jefes…). Sin embargo, no tienes por qué seguirlas al pie de la letra en reuniones familiares más relajadas. Pero sí puedes adaptarlas para hacer de los encuentros navideños momentos especiales. Sólo es necesario que utilices el sentido común y todo te saldrá a las mil maravillas.
Lo primero que hay que hacer es la lista de invitados. Evita que sean 13, ya que muchos no quieren ser ése número de comensal.

Después, viene la invitación en sí misma. Es conveniente enviarla con, al menos, diez o quince días de anticipación y por medio de un tarjetón de cartulina, en color beis o blanco, con texto claro y conciso, que se enviará por correo y, si es preciso, señalando el tipo de vestuario que se debe utilizar (etiqueta, traje oscuro, vestido corto, largo ...).

No está bien visto invitar por teléfono y mucho menos por e-mail. En la invitación conviene añadir ‘Se ruega confirmación’. Eso te ayudará a calcular el número de comensales.

Si eres el invitado, cuando recibas la invitación has de responder con un sí o un no, y nunca con condicionales. Si estamos de viaje o no tenemos niñera, al anfitrión no le interesa.

¿Qué hacer si somos los anfitriones?

Aprende cómo recibir a las visitas en tu casa.

Recibir y saludar
Los anfitriones se situarán en la puerta para saludar a quienes lleguen. No deben estar más de 30 minutos en este quehacer.

Los caballeros serán presentados a las señoras; y los más jóvenes a los de mayor edad.

A las damas se les debe hacer el ademán de besarles la mano cuando la extienda (besamanos). Sólo si es en un lugar cerrado.

Si hay escaleras, los caballeros subirán primero y, después,las señoras.

Eso sí, si la reunión es más informal puedes ahorrarte tanta rigidez.

Consejos: 
  1. Utiliza la máxima cortesía. Recibe a todos tus invitados en el hall de entrada y presenta a todo el mundo.
  2. Intenta que tus comensales se encuentren a gusto.
  3. Cuida la decoración de tu casa y los elementos de la mesa donde se vaya a celebrar la comida. Decora el salón donde después se tomará el café o la copa.
  4. A la hora de confeccionar la lista de invitados, ten en cuenta que éstos compartan aficiones y evita a los que puedan llevarse mal.
  5. El anfitrión deberá estar pendiente de cualquier incidencia que se produzca y procurará solventarla sin que los invitados la presencien.
  6. A la hora de confeccionar el menú hay que elegir alimentos de época o cocina clásica. No es el momento de experimentar platos nuevos.
  7. Los anfitriones deben habilitar un ropero para colgar las prendas de abrigo. No los amontones en la cama.
  8. Ofrece si quieren repetir un plato, pero no insistas. El invitado podría sentirse obligado.
  9. Si no se dispone de personal de servicio, los anfitriones, ayudados por un carrito, servirán los platos a los invitados. Este sistema se conoce como ‘servicio de gueridón’. También se puede pasar la fuente por la izquierda para que el invitado se sirva.
  10. El anfitrión debe controlar los temas de conversación para que ninguno de los invitados se pueda molestar.
 Antes de empezar a comer
 Mientras los anfitriones van cumpliendo con su obligación de recibir y presentar a los distintos invitados para dar margen prudencial a los más tardones, nada mejor que servir un aperitivo que, como su nombre indica, sirve para abrir el apetito.

Los vasos de las bebidas se sujetarán con una servilleta de papel, en la mano derecha, a fin de no dar la sensación de tener las manos húmedas cuando nos vayan presentando. Si somos fumadores, procuremos hacerlo con la mano izquierda.

Si en la casa hay niños, pasarán al salón y serán presentados a los invitados con los que estarán entre cinco y diez minutos. Después, se les llevará a sus habitaciones, la cocina o el cuarto de juegos. Si la fiesta o cena es familiar, se dispondrá una mesa en el mismo comedor para que puedan ‘cenar con los mayores’. Su mesa se puede decorar con motivos y cubiertos infantiles.

Cómo sentarles en la mesa

El invitado de honor, si lo hay, o la persona de más edad, en su defecto, se colocará a la derecha del anfitrión.

El sexo –ser mujer–, la edad o la antigüedad en una empresa es un punto a favor a la hora de sentarse más cerca del anfitrión.

Los matrimonios o parejas no se sentarán juntos ni enfrente. Es preferible que se intercalen con el resto de los invitados.

La mesa y su liturgia

Los grandes conflictos y la mayoría de las grandes paces se han hecho en torno a una mesa llena de exquisitos manjares.

Desde los manteles hasta la cubertería y la decoración tienen su liturgia, su rito. Los manteles deben ser blancos para una cena y de tonos suaves o beis, si es almuerzo. Las servilletas irán a juego con la mantelería, y se colocarán encima de la vajilla o a la derecha del servicio.

Si utilizamos candelabros, éstos deben tener las velas encendidas de principio a fin de la comida y se situarán en los extremos si la mesa es rectangular; si es redonda, en el centro. Si decidimos colocar flores, no deben desprender olores fuertes, que no impidan apreciar los de la comida. Los ramos no deben ser altos porque si no estaríamos jugando al ‘veo, veo’, con los otros invitados.

Para no hacernos un lío con los cubiertos, hay que saber que su colocación responde al orden de su utilización por parte del comensal, de afuera a dentro.

No se debe admitir colocar más de tres tenedores o cuchillos por persona.

La cena y la despedida

La indicación para sentarnos a la mesa siempre la hace el anfitrión, pero en realidad, la anfitriona es la que manda. Hasta que no se siente ella, nadie debe sentarse en la mesa.

Un aspecto importante, es de qué hablar. Se puede charlar sobre temas muy generales y se evitará hablar de trabajo o negocios. Cuidado con los temas de política, religión o sexo. Pueden dar lugar a situaciones incómodas.

Aunque la inclinación natural es hablar con la persona de la derecha porque nos resulta más cómodo, no hay que descuidar a la de la izquierda. Es una falta de cortesía y de educación.

El brindis se hace con los comensales puestos en pie y levantando la copa a la altura de los ojos. Se brinda con cava, nunca con agua, que –dicen– da mala suerte. Nos podemos ahorrar el decir ‘chin–chin’. Si somos abstemios, bastará con que nos mojemos los labios, pero por cortesía debemos hacerlo.

Aunque se haya terminado, está mal visto levantarse de la mesa hasta que no lo haga el anfitrión. A no ser que un ataque de tos o una emergencia nos obligue a salir del comedor.

La despedida

Los invitados deben ser prudentes a la hora de prolongar la sobremesa. Medianoche es una buena hora para irse, aunque el tema de conversación sea muy interesante. A los anfitriones todavía les queda la tarea menos agradable de recoger.

La despedida será igual que el recibimiento. Los anfitriones despedirán uno por uno a sus invitados, dándoles las gracias por su asistencia. En estos agradecimientos, es de cortesía no olvidarnos de los regalos. Las flores pueden ser un buen argumento, los bombones, un disco, algún licor, un detalle para la anfitriona. Aquí entramos en el buen gusto de las personas; pero, una recomendación: el regalo, cuanto más sencillo, mejor.

Claves del éxito social

1. Las señoras han de evitar los perfumes penetrantes. Utilizarán bolsos pequeños y zapatos abiertos. Por la noche, es correcto el maquillaje. Se evitará el uso de relojes en los trajes de noche, salvo que sean en forma de joya.

2. No proceden los besos a las señoras en las presentaciones. De todas formas, la pauta la marcan ellas.

3. Dos son los grandes pecados capitales: dejar encendidos los teléfonos móviles durante el ágape –es preceptivo apagarlos–; y fumar entre plato y plato. En todo caso, se debe pedir permiso a los comensales cercanos.

4. La bisutería no está bien vista. Es mejor llevar pocas cosas, pero que sean buenas, que muchas falsas joyas.

5. Puntualidad. Ni llegar con diez minutos de adelanto ni más de quince minutos tarde.

Qué hacer si somos los invitados

1. Evita conversaciones sobre sexo, política o enfermedades.

2. Habla con los comensales que tengas a derecha e izquierda o enfrente. No es cuestión de chillar de un extremo a otro de la mesa.

3. No olvides el regalo. Con un buen ramo de flores siempre quedarás bien, pero no lleves o envíes un centro para colocar en la mesa, porque obligarás a la anfitriona a ponerlo y, posiblemente, le hagas una faena porque tendrá que mover platos y cubiertos para colocarlo. El regalo se puede enviar, como muy tarde, al día siguiente.

4. Viste elegantemente y con buen gusto. Sigue las recomendaciones que se te hagan a la hora de invitarte.

5. Si en la comida te ofrecen repetir y tienes hambre, hazlo sin dudar. La anfitriona estará encantada con tu buen apetito y con su éxito.

6. Cuidado con la mezcla de bebidas alcohólicas. Pueden surtir efectos no deseados. Si prevés que vas a beber, no conduzcas. Ve en taxi.

7. Si necesitas algo de la mesa que no esté a tu alcance, no te levantes ni estires el brazo. Pídelo con educación al invitado más cercano.

8. Los caballeros deben retirar ligeramente la silla de la dama de su derecha para ayudarla a sentarse.








 

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