Fuente: http://www.vinoscutanda.com/
Hoy
en día cada vez es más importante conocer aspectos de cómo servir el vino en
una mesa. El vino es una bebida muy recurrente en reuniones de amigos, comidas
de trabajo, celebraciones, catas o cenas maridaje. Es por ello que la gente va
adquiriendo conocimientos en esta materia. Os dejamos nociones básicas de
protocolo sobre el vino para desenvolverse con cierta soltura:
- Por
su color: se sirven antes los blancos que los tintos, siendo intermedios los
rosados.
- Por
su edad: se sirven los más jóvenes y luego los más añejos.
- Por
su sabor: primero se sirven los más suaves (de menos cuerpo y graduación) y
luego los más intensos (de más cuerpo y graduación).
Al
igual que el menú va ganando en intensidad y sabores, los vinos deben de ir
acompañando este incremento. Para no descompensar el maridaje, ya que se
podrían tomar percepciones equivocadas del plato o del vino.
Por
lo general los vinos blancos o espumosos (Cava y
Champagne suelen acompañar a los pescados, mariscos o algunas carnes blancas y
los vinos rosados con ensaladas y pasta. Los vinos tintos maridan
con carnes rojas y guisos (platos más grasos y con sabores más fuertes).
Los vinos
dulces combinan a la perfección con los postres o aperitivos.
Apertura de la
botella de vino:
-
La botella de vino siempre debe estar apoyada sobre la mesa. Olvídese
de poner la botella entre las piernas o cogerla en brazos, ya que lo único que
puede pasar es que se rompa el corcho o la botella.
–
No hay que mover la botella, se mueve o se gira el sacacorchos.
–
Nunca se taladra el corcho de lado a lado, para evitar que caigan
migas de corcho en el vino.
–
Una vez abierto se limpia la boca de la botella con una servilleta o trapo
limpio.
–
Se recomienda servir en una copa, que desecharemos, un poco de vino para
limpiar la boca y el cuello, y sacar los pequeños restos que pudieran quedar en
este tramo de la botella.
Temperatura del
vino:
Todos
los vinos tienen que servirse a una temperatura correcta.
Los vinos
tintos deben presentarse con un margen de temperatura que oscile entre los
16 y los 18 º C para que se puedan conservar todos sus matices y se perciban
adecuadamente sus componentes. Los tintos jóvenes pueden presentarse entre los
12 y 15º C para resaltar su frescura y matices florales, los crianzas entre los
16 y 18ºC y los de grandes añadas a 20ºC.
Los vinos
blancos jóvenes secos, se tomarán frescos, pero no muy fríos, entre 7 y
10º C para disfrutar de sus aromas de fruta. Una temperatura más alta destaca
el alcohol y una excesivamente baja resalta su acidez y enmascara su
personalidad. Los vinos blancos dulces es aconsejable servirlos a 6ºC,
temperatura a la cual se resalta su carácter frutal y su expresión dulce. Los
blancos con crianza, entre 10 y 12 º C. A temperaturas más bajas se pierden los
aromas complejos del roble. Los blancos generosos (manzanillas y finos) se
deben servir entre 7º y 10º C.
Para
los vinos rosados se recomienda que la temperatura de servicio esté
entre los 6 y 8º C.
La
temperatura ideal recomendada para tomar el cava oscila entre 5º y
7º.
–
Se aconseja dejar que el vino se airee un poco. En caso de vinos añejos es
bueno dejarles airearse al menos una hora antes de tomarlo. En caso de
vinos sin filtrar también se aconseja decantar para que los posos no pasen a la
copa.
Esta
temperatura se debe conseguir de modo gradual. Nunca metiendo el vino en
el congelador. Si se trata de un blanco, rosado o cava, hay que ponerlo en la
nevera unas horas antes de servirlo. En la mesa, la mejor opción para
conservarlo fresco es una cubitera con agua y hielo.
Por
debajo de 5 º C no se pueden percibir de la misma forma los sabores.
¿Cómo servir el
vino?:
–
No se llenan las copas hasta arriba. Se deben llenar un tercio,
aproximadamente, del tamaño de la copa.
–
En el caso de los blancos se puede servir menos cantidad para mantener su
temperatura ideal, que debe ser muy fresca. Es mejor servir más a menudo.
–
No se apoya la botella en la copa para servir.
–
Si se cambia de vino, se debe cambiar de copa (o darle un enjuagado con
agua). No es correcto mezclar sabores.
Otros aspectos
relevantes:
–
La copa se toma por el tallo, para evitar variar la temperatura del vino.
–
Al vino no se le echa nada; hielos, refrescos, gaseosa, etc. El vino se debe
tomar tal cual.
–
Si el vino es añejo (una gran reserva, por ejemplo) es bueno decantarlo
(pasarlo a un recipiente para eliminar impurezas y posos). También es bueno airearlo
una hora, al menos.
–
Se puede hacer una comida en su totalidad con cava o champán. Costumbre muy
poco extendida en España. Tomar este tipo de vinos espumosos con los postres no
es muy correcto.
–
Si se utiliza un solo vino para toda la comida, hay que elegir un vino
intermedio que vaya con todo el menú (ni demasiado joven ni demasiado viejo).
–
Si le dan a probar el vino, antes de servir al resto de los comensales, diga
sinceramente lo que le parece. No es bueno disimular ante un vino de mala
calidad o que puede estar picado, entre otras cosas que puede tener el
vino. El resto de comensales se lo agradecerán.
–
Si le gusta saborear el vino después de terminada su comida, pida que no le
retiren la copa a la hora de los postres.
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