Fuente: www.elle.es
Todo
lo que debes tener en cuenta
Junto
con el vestido y la ceremonia, el otro aspecto que más se recordará de vuestra
boda será la comida que ofrecisteis. El ágape se lleva cerca de un 50% del
presupuesto total del enlace, un motivo más para prestarle suficiente atención.
Además, ¿a quién no le gusta disfrutar de una buena comida para celebrar un
momento así?
Lo
primero que debes preguntarte para elegir un catering es si realmente lo
quieres o lo necesitas. Por ejemplo, si tenéis claro que queréis celebrar el
convite en un casa que tienen tus padres junto a la playa, será imprescindible,
pero si habéis localizado una finca que ofrece un servicio de restauración
sentados y la mayoría de vuestros invitados son personas mayores, quizás sea
mejor optar por un banquete tradicional.
Por
lo tanto, lo primero que debéis concretar es qué tipo de celebración queréis:
¿algo formal o informal? ¿En la que se haga hincapié en la comida o que sea
solo un detalle antes de pasar al baile? ¿Queréis barra libre de bebidas
medias, o preferís un par de copas por invitado pero de mejores marcas? ¿Va a
ser una boda temática: boho, country, vintage...? Todos esos detalles os
ayudarán a la hora de elegir un catering, si lo queréis de pie (tipo cóctel) o
sentado (recomendable cuando hay ancianos, mamás con niños pequeños...).
¿Por
dónde empezar? Parece obvio, pero las experiencias vividas ayudan mucho. Si
recordáis haber estado en alguna celebración de algún amigo y os gustó su
catering, pedidle referencias. Los consejos de amigos y familiares pueden ser
un buen punto de partida, al menos para tener cuatro o cinco empresas por donde
empezar.
Cuando
vayáis a pedir información, tendréis que tener algunos datos claros: la fecha y
hora del enlace, hora prevista del convite, número aproximado de invitados,
dinero que estáis dispuestos a gastar... En este sentido, recordad que una cena
suele ser más cara que una comida, que cuantos más platos, más os gastaréis y
que un buffet libre cuesta menos que servirla con camareros.
Diez
preguntas a tener en cuenta
¿Sirve
comida fresca o congelada?
El precio no es el mismo, pero el resultado
tampoco. También conviene saber si todo se cocina al instante o si viene algo
precocinado. Y, claro está, dónde se va a cocinar y cuánto tiempo necesitan
para ello.
¿Está
especializado en algo en particular?
Déjate sorprender por las habilidades
del chef. A lo mejor no pensabas poner comida vietnamita, pero si ese plato
está exquisito... ¿por qué no?
¿Cómo
se sirve la comida?
Que no te lo cuenten: pide que te enseñen la vajilla,
la cubertería y que te den muestras de la presentación de los platos. No te
olvides de consultar si ellos llevan saleros, servilletas, vajilla para
desperdicios, adornos para las mesas... Y, por supuesto, averigua cómo son las
raciones, de media, para cada invitado.
¿Ofrecen
menús especiales?
Piensa en niños, celíacos, diabéticos, alérgicos,
vegetarianos... Una tendencia muy de moda en EE.UU y Gran Bretaña es partir de
una base vegetariana (la más saludable) y poner, aparte, las carnes o pescados
para quien quiera añadirlos.
¿En
el menú están incluidas las bebidas?
No está de más preguntar qué vinos,
cervezas y copas sirven con cada menú, para no llevarnos sorpresas. Tampoco os
olvidéis de preguntar por el postre y el pan.
¿Hay
un 'maestro de ceremonias' en la empresa de catering?
Resulta muy útil que
alguien vaya marcando el protocolo y coordine el ágape y que no tengan que
estar los novios pendientes de lo que sucede, cuándo se toma el postre, cuándo
se parte la tarta, cuándo empieza la música...
¿Ofrecen
ellos la tarta nupcial?
Te sorprendería saber cuántos caterings no se
encargan de esto y la tienes que buscar por tu cuenta...
¿Disponen
de camareros?
Si tienen este servicio, no dudes en preguntar cómo van
vestidos y pide una foto si es necesario. Fíjate si parecen profesionales o
aficionados.
¿Cuáles
son tus derechos como cliente?
Es decir, ¿hay hojas de reclamaciones si
algo sale mal? ¿Tienes que pagar en el mismo momento? ¿Se pueden aplicar cargos
posboda (si se rompe mobiliario, vajilla...). En este sentido, ¿qué incluye y
qué no incluye el precio? El presupuesto y su desglose tiene que ser nítido.
¿Admiten
cambios de opinión? Quizás quieras hacer algún cambio sobre la marcha;
contratar más o menos platos, una decoración más o menos abigarrada, o quizás
añadir una hora más de servicio. Estaréis más cómodos con una empresa de
catering que muestre flexibilidad.
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