La carta puede definirse como el instrumento de venta más importante del establecimiento, más incluso que los distintos menús que puedan ofrecerse. Este útil debe manejarse de forma correcta ya que ayudará en gran medida al éxito del establecimiento.
En primer lugar, deben definirse los tipos de cartas que se van a trabajar:
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Gran carta o carta de platos.
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Vinos.
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Postres.
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Cafés y infusiones.
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Aguardientes y licores.
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Aguas.
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Para niños.
Una vez definidos, pasarán a marcarse los grupos de ofertas
dentro de cada carta. De forma básica, las pautas generales a seguir son:
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Ofertas frías colocarlas antes que las ofertas calientes.
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Ofertas ligeras colocarlas antes que las ofertas más pesadas.
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Realizar grupos coherentes y con un mínimo de ofertas en cada grupo.
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Nunca organizar las ofertas según el precio de venta.
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No realizar cartas muy largas, ya que provocan el aburrimiento del cliente en su lectura.
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Ofrecer aquello que se puede ofrecer sin causar falsas expectativas al cliente.
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Cada establecimiento es único como tal, por tanto, y al hablar de la carta de platos, no existe una carta ideal que pueda seguirse como pauta en cualquier tipo de establecimiento. Cada uno, según sus características y tipo general de ofertas, confeccionará una carta que se adapte al negocio y a la demanda del mercado.
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Prestar gran atención a faltas de ortografía y expresión, sobretodo cuando son cartas en idiomas que no se dominan.
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Utilizar una letra clara y con un tamaño adecuado.
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Ser originales en el diseño físico, teniendo presente que deben ser cartas fuertes y mantenerse limpias.
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Utilizar adecuadamente el grupo de sugerencias, platos del chef o recomendaciones para añadir aquellas ofertas que no se colocan fijas en la carta por ser platos de temporada, ofertas de mercado o platos que por su complejidad no se realicen normalmente.
Conclusión:
Se puede decir que sea cuál sea la fórmula escogida por el establecimiento para ofrecer sus preparaciones es de suma importancia tener claro los siguientes aspectos:
Se puede decir que sea cuál sea la fórmula escogida por el establecimiento para ofrecer sus preparaciones es de suma importancia tener claro los siguientes aspectos:
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Definir correctamente la oferta del establecimiento.
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Publicitar de forma clara las distintas opciones y precios correspondientes.
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No ofrecer demasiadas opciones y menús. Esto puede confundir al cliente provocando situaciones de confusión, enojo y malentendidos.
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Ofrecer platos adecuados a distintas intolerancias y alergias alimentarias.
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Ofrecer menús y cartas compensados nutricionalmente.
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El personal de contacto directo, es decir, la brigada de sala debe conocer perfectamente cuales son las ofertas del establecimiento, sus ingredientes, su preparación básica y los precios.
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