Fuente: www.conchaytoro.com
Una
vez que usted ha elegido una botella de vino - sin importar si se trata de un
vino común o una gran cosecha -, su objetivo debe ser obtener lo mejor de esa
botella y disfrutar al máximo sus propiedades y potencial.
Un
adecuado servicio del vino ayuda a mejorar la experiencia. Entre otros factores
debe considerar: temperatura correcta, elección de las copas y un servicio
cuidadoso.
Usted
nunca debe sacar el vino de la bodega y ponerlo inmediatamente sobre la mesa.
Antes de una comida o degustación, tómese su tiempo. El vino no puede estar ni
demasiado frío ni caliente. En ambos casos pierde su verdadera personalidad.
Una adecuada temperatura de servicio influye sobre el sabor del vino y permite
que su bouquet se exprese a plenitud.
En
términos generales, el vino blanco se sirve más frío que un tinto. Pero,
atención, la escala de temperaturas es variable dependiendo del tipo de vino. Cada
vino da lo mejor de sí mismo a diferentes temperaturas.
Actualmente
disponemos de los medios técnicos para almacenar el vino a una temperatura de
servicio ideal, como una bodega con condiciones correctas o un armario que
mantenga una ambiente fresco. La forma más rápida de bajar la temperatura de un
vino es mediante una cubeta con agua y hielo. Hay que contar entre diez y
quince minutos para pasar de 20º C a 8º C.
Es
muy útil recurrir a un termómetro para determinar si el vino está listo para
servir. Sin embargo, un grado de más o menos no perjudica seriamente el vino.
Un consejo para usted: haga dos o tres veces la prueba del termómetro y toque
cada cierto tiempo la botella para memorizar la impresión que recibe. Con un
poco más de experiencia podrá decidir la temperatura solo con sus propios sentidos.
2.
¿Cómo abrir la botella?
Con
el pequeño cuchillo escondido en el sacacorchos,
corte la cápsula exterior justo bajo la curva del cuello de la botella. Tenga
cuidado con los dedos. La falta de atención puede provocar un corte con el
filoso metal de la cápsula.
Una
vez quitada la cápsula, limpie el cuello de la botella con un paño o un papel
absorbente. Luego introduzca el tirabuzón del sacacorchos justo por el centro
del corcho hasta el fondo, manteniéndolo siempre recto. Por último, extraiga
suevamente el corcho. La idea no es provocar un estruendo, sino un sonido sutil
e invitador.
3.
La decantación
La
mayoría de los vinos puede servirse directamente de la botella, pero hay otros
que ganan con el proceso de
decantación. Verter el contenido de una botella en un decantador o
contenedor de vidrio, mejora la percepción del vino de dos formas: primero, elimina
los eventuales restos de corcho u otro tipo de residuos, y segundo, permite
oxigenarlo para que sus aromas se volatilicen y se expresen de mejor
manera.
En
el caso de los vinos antiguos, la decantación vivifica los vinos. Sin
embargo, también puede decantar vinos jóvenes o maduros con varios años de
guarda. Entre una a dos horas decantado se vuelve más suave y redondo. Pero no
decante el vino con demasiada anticipación porque pierde su frescura y
vitalidad.
¿Cómo
decantar? Muy simple. El contenedor tiene que estar limpio. Recomiendo
aclararlo con un poco de vino antes de usarlo. Así se eliminan los aromas
químicos de la limpieza o el posible olor a cerrado. Después descorche la
botella y vierta lentamente el vino en el decantador. Le recomendamos
considerar la decantación de nuestros siguientes vinos: Don Melchor, Gravas del Maipo, Carmín de Peumo y Terrunyo Cabernet Sauvignon.
4. El
orden del servicio
Las
reglas dicen que los vinos blancos deben servirse antes que los tintos,
los vinos jóvenes antes de las cosechas antiguas, los ligeros antes
que los con más cuerpo, los secos antes que los dulces y los mejores
vinos, esos especiales o únicos, siempre al final de la velada.
Cuando
usted es el anfitrión, primero debe probar el vino para saber si la
botella no es defectuosa. Siempre sirva primero a las damas y después en el
sentido de las agujas de reloj, partiendo por la derecha del anfitrión.
5.
¿Cómo servir el vino sin salpicar gotas en la mesa?
¡Hágalo
lentamente! Vierta el vino en el centro de la copa y luego gire la
parte inferior de la botella para mantener esas últimas diminutas gotas dentro
de la botella. Este truco requiere un poco de práctica para la perfección, pero
usted puede hacerlo. Además siempre tenga a mano un paño blanco para
limpiar la botella.
6. Cantidad
Cada
botella de 750 ml alcanza para 6 a 12 copas de degustación, dependiendo
del tamaño de la copa. Para disfrutar el vino con la comida, debería servir
entre 150 a 180 ml. Visualmente es una tercera parte de la copa. En caso
del vino espumante, se llena la copa tipo flauta hasta las tres
cuartas partes para poder observar el ascenso de las burbujas.
7. Copas
Antes
del servicio verifique la limpieza de las copas. El sabor del vino no sólo
es mejor cuando se bebe en la copa apropiada, sino también sin ningún otro
aroma extraño. Los elementos que usted debe considerar son: forma de la copa,
tamaño, y la calidad del vidrio (recuerde que el vidrio tiene que ser transparente,
liso y sin facetas).
En
Europa, especialmente en Francia, cada región vinícola tiene su tipo de copa,
por ejemplo Burdeos o Borgoña. Las copas para degustación deben tener forma
de tulipa cerrada y los vinos espumantes se sirven en copas
tipo flauta. El borde tiene que curvarse hacia al interior para captar los
aromas y canalizarlos a la nariz. Otro factor importante es que el pie de
la copa debe ser bastante largo para que los dedos puedan sostenerla sin
tocar el cáliz. Ojalá la copa sea suficientemente grande para poder girar el
vino y liberar sus aromas.
8.
¿Cómo tomar la copa?
Mantenga
la copa hacia la base del tallo entre el pulgar y el dedo índice.
Nunca la tome por su copa para evitar que el vino se caliente en sus manos.
Este paso de servicio y degustación es útil para aprender sobre el gusto del
vino y entenderlo.
Ahora
usted está listo para disfrutar su vino con la comida y degustarlo
correctamente.
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